domingo, 27 de diciembre de 2009

Fidel Castro : La verdad de lo ocurrido en la Cumbre

La verdad de lo ocurrido en la Cumbre

A los jóvenes interesa más que a nadie el futuro.

Hasta hace muy poco se discutía sobre el tipo de sociedad en que
viviríamos. Hoy se discute si la sociedad humana sobrevivirá.

No se trata de frases dramáticas. Hay que acostumbrarse a los
hechos reales. Lo último que pueden perder los seres humanos es la
esperanza. Con la verdad en la mano, hombres y mujeres de todas las
edades, especialmente los jóvenes, han librado en la Cumbre ejemplar
batalla, ofreciendo al mundo una gran lección.

Lo principal ahora es que se conozca lo más posible en Cuba y en
el mundo lo ocurrido en Copenhague. La verdad posee una fuerza que
supera la inteligencia mediatizada y muchas veces desinformada de
quienes tienen en sus manos los destinos del mundo.

Si en la capital danesa se logró algo importante, fue que a
través de los medios masivos la opinión mundial pudo observar el caos
político creado y el trato humillante a Jefes de Estado y Gobierno,
Ministros y miles de representantes de movimientos sociales e
instituciones, quienes llenos de ilusiones y esperanzas viajaron a la
sede de la Cumbre en Copenhague. La brutal represión contra
manifestantes pacíficos por parte de la fuerza pública, recordaba la
conducta de las tropas de asalto de los nazis que ocuparon la vecina
Dinamarca en abril de 1940. Lo que nadie podía imaginar es que, el 18
de diciembre del 2009, último día de la Cumbre, esta sería suspendida
por el gobierno danés -aliado de la OTAN y asociado a la carnicería de
Afganistán- para entregar la sala principal de la Conferencia al
Presidente Obama, donde él y un grupo selecto de invitados, 16 en
total, tendrían el derecho exclusivo de hablar. Obama pronunció un
discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no
implicaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de
Kyoto. Se marchó de la sala poco después de escuchar a algunos
oradores más. Entre los invitados a usar de la palabra estaban los
países más industrializados, varios de las economías emergentes y
algunos de los más pobres del planeta. Los líderes y representantes de
más de 170, solo tenían derecho a escuchar.

Al finalizar el discurso de los 16 escogidos, Evo Morales, con
toda la autoridad de su origen indio aymara, recién electo por el 65%
de los votos y el apoyo de las dos terceras partes de la Cámara y el
Senado de Bolivia, solicitó la palabra. Al Presidente dinamarqués no
le quedó otra alternativa que cedérsela ante la demanda de las demás
delegaciones. Cuando Evo concluyó sus sabias y profundas frases, el
danés tuvo que cederle la palabra a Hugo Chávez. Ambos
pronunciamientos pasarán a la historia como ejemplos de discursos
breves y oportunos. Cumplida cabalmente la tarea, los dos partieron
hacia sus respectivos países. Pero cuando Obama hizo mutis por el
foro, no había cumplido todavía su tarea en el país sede de la Cumbre.

Desde la noche del 17 y la madrugada del 18, el Primer Ministro
de Dinamarca y altos representantes de Estados Unidos se reunían con
el Presidente de la Comisión Europea y los líderes de 27 países para
proponerles en nombre de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya
elaboración no participaría ninguno de los restantes líderes del resto
del mundo. Era una iniciativa antidemocrática y virtualmente
clandestina, que ignoraba a miles de representantes de los movimientos
sociales, instituciones científicas, religiosas y demás invitados a la
Cumbre.

Durante toda la noche del 18 hasta las tres de la madrugada del
19, cuando ya muchos Jefes de Estado se habían marchado, los
representantes de los países estuvieron esperando el reinicio de las
sesiones y la clausura del evento. Todo el día 18, Obama sostuvo
reuniones y conferencias de prensa. Lo mismo hicieron los líderes de
Europa. Después se marcharon.

Ocurrió entonces algo insólito: a las tres de la
madrugada del 19, el Primer Ministro de Dinamarca convocó una reunión
para la clausura de la Cumbre. Quedaban representando a sus países
ministros, funcionarios, embajadores y personal técnico.

Fue sin embargo asombrosa la batalla que libraron esa
madrugada un grupo de representantes de países del Tercer Mundo, que
impugnaban el intento de Obama y los más ricos del planeta de
presentar como acuerdo por consenso de la Cumbre el documento impuesto
por Estados Unidos.

La representante de Venezuela, Claudia Salerno, con
energía impresionante mostró su mano derecha, de la que brotaba
sangre, por la fuerza con que golpeó la mesa para ejercer su derecho a
usar de la palabra. El tono de su voz y la dignidad de sus argumentos
no podrán olvidarse.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,
pronunció un enérgico discurso de aproximadamente mil palabras, del
cual escojo varios párrafos que deseo incluir en esta Reflexión:

“El documento que usted varias veces afirmó que no
existía, señor Presidente, aparece ahora. [...] hemos visto versiones
que circulan de manera subrepticia y que se discuten en pequeños
conciliábulos secretos…”

“…Lamento profundamente la manera en que usted ha
conducido esta conferencia.”

“…Cuba considera extremadamente insuficiente e
inadmisible el texto de este proyecto apócrifo. La meta de 2 grados
centígrados es inaceptable y tendría consecuencias catastróficas
incalculables…”

“El documento que usted, lamentablemente, presenta no
tiene compromiso alguno de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero.”

“Conozco las versiones anteriores que también, a través
de procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron
negociando en corrillos cerrados…”

“El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las
ya magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía…”

“…para Cuba, es incompatible con el criterio científico
universalmente reconocido, que considera urgente e insoslayable
asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de las emisiones
para el año 2020, y no inferiores al 80% ó 90% de reducción para el
2050.”

“Todo planteamiento acerca de la continuación de las
negociaciones para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de
emisiones, debe incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia
del Protocolo de Kyoto [...] Su papel, señor Presidente, es el acta de
defunción del Protocolo de Kyoto que mi delegación no acepta.”

“La delegación cubana desea hacer énfasis en la
preeminencia del principio de ‘responsabilidades comunes, pero
diferenciadas’, como concepto central del futuro proceso de
negociaciones. Su papel no dice una palabra de eso.”

“Este proyecto de declaración omite compromisos
concretos de financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los
países en desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones
contraídas por los países desarrollados bajo la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre Cambio Climático [...] Los países
desarrollados, que imponen sus intereses mediante su documento, señor
Presidente, evaden cualquier compromiso concreto.”

“…Lo que usted llama, señor Presidente, ‘un grupo de
líderes representativos’ es, para mí, una grosera violación del
principio de igualdad soberana que consagra la Carta de las Naciones
Unidas…”

“Señor Presidente, le solicito formalmente que esta
declaración sea recogida en el informe final sobre los trabajos de
esta lamentable y bochornosa 15 Conferencia de las Partes.”

Se les había concedido solo una hora a los representantes de
los Estados para emitir opiniones, lo cual condujo a situaciones
complicadas, vergonzosas y desagradables.

Se produjo entonces un largo debate en el que las delegaciones
de los países desarrollados ejercieron fuerte presión para tratar de
que la Conferencia adoptara dicho documento como resultado final de
sus deliberaciones.

Un reducido número de países insistió con firmeza en las serias
omisiones y ambigüedades del documento impulsado por Estados Unidos,
en particular en la ausencia de compromiso de los países desarrollados
en cuanto a la reducción de emisiones de carbono y al financiamiento
para adoptar medidas de mitigación y adaptación de los países del Sur.

Después de larga y extremadamente tensa discusión, prevaleció la
posición de los países del ALBA y de Sudán, como Presidente del Grupo
de los 77, de que el documento en cuestión era inaceptable para ser
adoptado por la Conferencia.

Ante la evidente falta de consenso, la Conferencia se limitó a
“tomar nota” de la existencia de ese documento como la posición de un
grupo de alrededor de 25 países.

Tras esa decisión adoptada a las 10 y 30 de la mañana, hora de
Dinamarca, Bruno -después de discutir junto a otros representantes del
ALBA amistosamente con el Secretario de la ONU y expresarle la
disposición a seguir luchando junto a Naciones Unidas para impedir las
terribles consecuencias del cambio climático- partió en compañía del
Vicepresidente cubano Esteban Lazo hacia nuestro país para asistir a
la reunión de la Asamblea Nacional, dando por finalizada su tarea. En
Copenhague quedaban algunos miembros de la delegación y el embajador
para participar en los trámites finales.

En la tarde de hoy informaron lo siguiente:

“…tanto a los que participaron en la elaboración del documento,
como los que -como el Presidente de los EE.UU.- se anticiparon a
anunciar su adopción por la Conferencia… como no podían rechazar la
decisión de limitarse a ‘tomar nota’ del supuesto ‘Acuerdo de
Copenhague’, intentaron proponer un procedimiento para que otros
países Partes que no habían estado en esta componenda se sumaran a
ella, declarando su adhesión, con lo cual intentaban darle un carácter
legal a dicho acuerdo, que de hecho podía prejuzgar el resultado de
las negociaciones que deberán continuar.”

“Este intento tardío recibió nuevamente una firme oposición de
Cuba, Venezuela y Bolivia, que advirtieron que este documento que la
Convención no había hecho suyo no tenía ningún carácter legal, no
existía como documento de las Partes y no podía establecerse regla
alguna para su supuesta adopción…”

“Es en este estado que terminan las sesiones de Copenhague, sin
que se haya adoptado el documento que fuera preparado subrepticiamente
durante los últimos días, con una clara conducción ideológica de la
administración americana…”

Mañana la atención se centrará en la Asamblea Nacional.

Lazo, Bruno y el resto de la delegación llegarán hoy a media
noche. El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba podrá explicar el
lunes, con los detalles y la precisión necesaria, la verdad de lo
ocurrido en la Cumbre.



Fidel Castro Ruz

Diciembre 19 de 2009

8 y 17 p.m.

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