domingo, 27 de septiembre de 2009

Intervención del Presidente Chávez en la ONU



Prensa PSUV.-
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez: Señor Presidente, estimados amigos, amigas, jefes de Estado, jefes de gobierno, cancilleres y demás amigos y amigas, ciudadanos del mundo que se congregan aquí como todos los años, en esta reunión de tanta importancia para el mundo.

Me da mucho gusto volver a Nueva York, volver a Naciones Unidas después de varios años, y agradezco mucho toda la cooperación, toda la manera como han recibido a nuestra delegación.

Estuvimos anoche, por cierto, en el teatro Lincoln viendo una película. Una película hecha por Oliver Stone en estos últimos meses o a lo largo de este año. Una película cuyo título mueve ya a reflexionar, a pensar.

Esa película se llama "Al sur de la frontera". Allí ustedes podrán ver al presidente Evo Morales masticando coca junto a Stone, y, como dice el presidente Morales: "La coca no es cocaína". Ahí podrán ver a Cristina, la presidenta argentina, y el carro del general Perón, y sus reflexiones sobre lo que hoy acontece en Suramérica, en América Latina. Ahí podrán ustedes ver a Lula, el presidente del Brasil, en la Guajira venezolana inspeccionando junto con nosotros núcleos productivos que estamos levantando con lo pueblos indígenas de la Guajira, explotados durante siglos.

Ahí podrán ver ustedes también al presidente Fernando Lugo, obispo, teólogo de la liberación y, como él mismo lo dice, viviendo ahora en la residencia que ocupó durante muchos años Stroessner, y cómo un obispo ahora llegó a Presidente.

Ahí podrán ver a Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, en La Habana junto con el presidente Raúl Castro.

Podrán ver a Fidel. Podrán ver incluso a Obama en Trinidad conversando con un grupo de nosotros, con la mano extendida y la sonrisa abierta.

Creo que es una interesante película, de las tantas que ha hecho ese gran cineasta de Estados Unidos, que es Oliver Stone. Ya había hecho una Fidel... ¡dos de Fidel!: "Loocking for Fidel" y "El Comandante".

En esa película, señor Presidente, hay muchos códigos, muchos códigos que pudieran ayudarnos a descifrar los enigmas del tiempo que vivimos. Anoche, después de la película, nos quedamos un rato conversando con un grupo de personas de Estados Unidos y de otras partes del mundo. Y fue muy aleccionador ese contacto, y muy sintomático de la importancia que tiene lo que llama Fidel Castro "la batalla de las ideas".

Una señora se me acercó, una señora ya de unos 50 y tantos años, y me dijo: "Yo estoy muy feliz...". Ella medio habla español, es norteamericana y muy blanca, la típica ciudadana, pues, nacida por estas tierras, y me dijo: "Yo estoy muy feliz...". Yo le pregunto por qué: "Porque ahora me doy cuenta, después de haber visto esta película. Yo pensé que usted era malo, muy malo...".

Esa persona es víctima del bombardeo mediático, del bombardeo ideológico que cae de manera inclemente sobre este país, sobre Estados Unidos y sobre el mundo, tratando de invertir la realidad, de poner el mundo al revés, como dice Eduardo Galeano.

"Al sur de la frontera" se llama esa película. Yo me valgo de esa ocasión y de ese título, "Al sur de la frontera", para decir que allá, al sur de la frontera hay una Revolución. Hay una Revolución en Suramérica, hay una Revolución en América Latina, hay una Revolución en el Caribe.

Es necesario que el mundo lo vea, lo asuma y lo acepte, porque es una realidad que no va a cambiar. Además, habría que decir, señor Presidente, que es una Revolución que trasciende lo ideológico, una Revolución hasta geográfica, geopolítica. Es una Revolución de los tiempos, es histórica, tiene raíces muy profundas.

Es una Revolución moral, espiritual, total. Es la Revolución necesaria, así lo creemos nosotros. Es grande esa Revolución, es una gran Revolución, y va a seguir creciendo a medida que pasen los días, a medida que pasen los meses, a medida que pasen los años. Es grande. ¿Por qué es grande? Es grande por el tiempo que carga por dentro, son siglos, sin siglos que se convirtieron en un solo tiempo; es grande por el espacio que abarca... Yahya Yammeh, te espero allá, en Margarita, presidente de Gambia, ponte el aparatico aquí. Okey. ¡Viva el África!

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Yo no voy a hablar más que Gaddafi...
Asistentes [risas].
Presidente Chávez [risa] Gaddafi habló por todos...
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Ese aplauso es para Gaddafi y su discurso. Tampoco voy a hablar menos que Obama, ni que Lula... Pasen, pasen los que están llegando.

Bueno, esa Revolución es grande por el tiempo, decía yo. El tiempo acumulado, tiempo acumulado. Son siglos acumulados de batalla, de lucha, de esperanza, de sufrimiento de millones y de millones de seres humanos de la América Latina y del Caribe. Es una Revolución grande en el espacio que va ocupando. Es grande la Revolución por las profundidades en las que se hunde. Es grande esa Revolución por las masas de pueblo que se suman a ella. Nadie pretenda frenarla, nadie. Nadie podrá frenarla.

Ayer lo dijo el presidente Morales, ese gran compañero, ese gran líder indígena, aymara, Evo Morales, y lo dice también en la película. Que no se vayan a perder "Al sur de la frontera". Me dijo anoche Oliver Stone que ya estaban presionando para que no la viera el pueblo de Estados Unidos, ¡vaya, que la libertad de expresión dónde anda, pues? Es apenas una película, ¿le van a tener miedo a una película? Pero ya empezaron las presiones de los monopolios que manejan el cine y las salas de cine. Todo eso son monopolios, presionan... pero la película va a correr por ahí. Afortunadamente estamos en la era de la informática, las telecomunicaciones. Ya no depende de las salas de cine que manejen los monopolios.

Lo dice Evo en la película, hablando con Oliver Stone y recordando la frase que lanzó un gran líder aymara -su tatara-tatarabuelo- que fue asesinado, como millones fueron asesinados, por la invasión española, portuguesa, inglesa, europea, pues, a este continente. ¿Saben ustedes...?, yo sé que lo saben: cuando llegaron los barcos europeos a estas tierras de América vivían cerca de 90 millones de aborígenes, 200 años después quedaban cuatro millones, cuatro: ¡uno de los más grandes genocidios que en la historia han sido!, el genocidio del continente, del Abya Yala, como la llamaban y la siguen llamando nuestros aborígenes.

Pues Evo repite la frase de aquel líder aymara que descuartizaron, le amarraron un caballo en este brazo, otro caballo en éste, otro caballo en una pierna y otro caballo en la otra y halaron y halaron y halaron y el indio moría y lanzó una profecía: "Hoy muero -dijo Túpac Catari- hoy muero pero algún día regresaré hecho millones". ¡Ha regresado Túpac Catari! Somos millones, somos millones y nada ni nadie podrá detener...

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Nada ni nadie podrá detener la gran Revolución suramericana, latinoamericana y caribeña. Yo creo que el mundo debería apoyarla. Estados Unidos debería apoyar esa Revolución, Europa debería apoyar esa Revolución porque esa Revolución -no se han dado cuenta algunos hermanas y hermanos- es el inicio del camino a la salvación de este planeta, a la salvación de la especie humana amenazada por el capitalismo, por el imperialismo, por la guerra, por el hambre. Es la revolución necesaria, "el Nuevo Mundo" nos llamaron desde hace siglos, sí. El mundo nuevo, pudiéramos llamarlo hoy invirtiendo los factores, el mundo nuevo está naciendo.Bueno, señor Presidente, está prendida la luz verde todavía.

Asistentes [risas].
Presidente Chávez No, llevo apenas dos minutos; además van llegando, van llegando, van llegando. Bienvenidos, estaban almorzando, el tráfico... Nueva York es duro a esta hora.

Hace años -estábamos recordándolo ayer en la noche- me invitaron a una reunión, una conversación, un grupo grande de líderes; y más que grande importante, grandes por ellos mismos. Líderes sindicalistas estadounidenses, un grupo de sindicatos. Por ahí están, están quejándose algunos trabajadores de una fábrica de galletas, que no les pagan, tienen una huelga y me dijo uno de ellos: "¿Por qué usted no compra esa empresa?".

Le dije: bueno a ver, a ver: ¿y la volvemos empresa socialista? Pudiera ser, si Obama me autoriza yo... esa empresa se pudiera comprar y volverla... dársela a los trabajadores, que ellos hagan las galletas, que ellos distribuyan las galletas, que no sigan explotándolos dos o tres capitalistas; ¿ven? Eso es el socialismo, ese es el camino a la salvación de este planeta: el socialismo.

Ayer me preguntaba algún periodista no sé dónde, por allí, después de la película hubo un diálogo allí, como un foro, y me preguntaban: "Bueno, ¿y usted defiende el socialismo y cómo, si fracasó la Unión Soviética?". La respuesta es muy sencilla: la Unión Soviética se desvió desde temprano y nunca hubo socialismo en la Unión Soviética, ¡en verdad nunca hubo socialismo en la Unión Soviética!; este siglo, el XXI, será el siglo del socialismo. El socialismo, la especie humana.

Bueno, Einstein... han leído ustedes, seguramente, a Albert Einstein y fue Einstein por cierto el que convenció a aquel presidente norteamericano de que fabricara la bomba atómica, que iniciara las investigaciones antes de que los nazis lo hicieran. Después Einstein se arrepintió, cuando vio el desastre de Hiroshima, el desastre de Nagasaki.

Pero Albert Einstein, después de muchos años, científico profundo, de los más grandes científicos que han vivido en esta Tierra concluyó -y está escrito de su puño y letra- ¿Por qué socialismo? Einstein concluyó que el único camino para que la especie humana pueda vivir en este planeta es el socialismo; el capitalismo es el camino de extinción de la especie humana, nosotros como especie apenas tenemos... ¿qué?, 150 millones de años, por ahí anda Fidel, tiene las cifras muy claras, pero cuando la vida nació aquí, hace más de 3 mil millones de años, que la vida nació en este planeta, sólo ustedes anótenlo por ahí y piénsenlo, pensemos, usemos esto: la vida nació aquí en el planeta hace más de 3 mil millones de años, pero nosotros, la especie humana apareció hace menos de 300 millones de años, ni siquiera el 0,01 por ciento del tiempo, del tiempo en que ha habido vida en este planeta. ¿Ahora qué? ¿Llegamos aquí para acabar este planeta? ¿Lo vamos a acabar?

Ayer oíamos aquí desde Obama, pasando por Lula, Sarkozy, Gaddafi, Cristina, todos clamando por un cambio. ¿Cuál es el cambio? En el capitalismo no hay cambio posible, no nos caigamos a mentiras, sólo por el socialismo lograremos los cambios verdaderos y la revolución que hay en América Latina tiene de todo, y tiene una profunda carga socialista, socialista como decía Mariátegui, el gran pensador peruano, es un socialismo indoamericano, es un socialismo nuestroamericano, es un socialismo martiano, es un socialismo bolivariano, es un socialismo nuevo, no es calco ni es copia de nada, no hay catálogos para hacer el socialismo, hay que inventarlo, es creación heroica, dice el mismo Mariátegui.

Pero recordábamos ayer que un presidente norteamericano, es decir, más bien estadounidense, poco antes de que lo asesinaran había dicho, y está escrito, fue un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos. Dijo John Kennedy: "Allá en el Sur hay una revolución. Y la causa principal es el hambre". A los pocos días lo asesinaron. No era un revolucionario John Kennedy, pero era inteligente, era inteligente, como inteligente creo que es el presidente Obama. ¡Ojalá pueda! ¡Dios libre a Obama de las balas que mataron a Kennedy! ¡Ojalá Obama logré virar, virar, virar de verdad!

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Lograr un viraje. Ayer habló aquí... ¡ya no huele a azufre aquí! ¡Ya no huele a azufre, no huele, no huele!
Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez No, huele más bien a otra cosa, huele a esperanza y hay que poner el corazón a la esperanza.
Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Nosotros no podemos acabar con este planeta, hermanos, ¿y nuestros hijos y las futuras generaciones? Asumamos el reto, decía Lula ayer: no hay voluntad política. Un latigazo de Lula, un latigazo, yo conozco la voluntad de Lula, el humanismo de Lula lo conozco a fondo, es mi hermano profundo y con razón dijo aquí ayer, yo no diría exactamente que no hay voluntad política, yo diría más bien, Lula, que falta voluntad política, porque Lula la tiene, nosotros la tenemos, pero hay que subirla, hay que incrementar la voluntad política, tiene que seguir creciendo en los líderes, en las sociedades, en los pueblos, en la juventud, sobre todo en la juventud, en los trabajadores, en el mundo todo.

Bueno Kennedy lo había dicho: hay una revolución en el Sur. Y también agregó: "Los que le cierran el camino a las revoluciones pacíficas, al mismo tiempo le están abriendo el camino a las revoluciones violentas". Eso lo dijo John Kennedy, ustedes podrán conseguirlo por internet, que ahora se consigue todo por internet. Los que le cierran o pretenden cerrar el camino.

María Fernanda Espinosa -un beso, embajadora-, ecuatoriana hermana, tenía días que no te veía. Desde aquí saludamos a Correa, al presidente Correa, ella fue canciller de Ecuador comenzando la Revolución Ciudadana, allá va la Revolución Ciudadana con Correa al frente, el pueblo ecuatoriano, el pueblo de Manuela Sáenz, también de Bolívar, de Eloy Alfaro: pueblo enorme. Y pueblo grande en Bolivia y en toda esa tierra.

Bueno, pretenden algunos cerrarle el paso a nuestra pacífica revolución, allá viene otra mujer valiente, Patricia Roda, la canciller de Honduras, pido un aplauso para esa valiente mujer centroamericana, del pueblo de Morazán.

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez ¡Viva Honduras! ¡Viva Morazán!
Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez ¡Que viva la dignidad de los pueblos! A la una de la tarde en punto yo estaba preparando estas notas, me falta poco señor presidente. No me vaya a lanzar un zapatazo alguien aquí [risas].
Asistentes [risas].

Presidente Chávez El canciller cubano se quitó el zapato para lanzarlo. Anoche cargaba Danny Glover unos zapatos que son como de goma, si me vas a lanzar lánzame uno de los de Danny Glover.

Fíjate, hablé con Manuel Zelaya a la una en punto, recuerdo que era la una en punto y terminamos a las trece y trece.

Bueno allá está, mientras nosotros estamos aquí, compañeros, compañeras del mundo; allá está un presidente firme, digno, que logró -con un pequeño grupo de casi mártires- burlar la vigilancia de los golpistas, la represión; y le llegó a la plaza Morazán, en Tegucigalpa, a los golpistas que tienen tomadas todas las carreteras, ¡todas!, ¡todas! Tienen un ejército completo, es decir, es como si hubieran invadido Honduras pero es su propio ejército. ¡Qué indignidad! Desde aquí les hago un llamado -yo que soy soldado, pero soy soldado revolucionario- ¡a los soldados de Honduras! ¡A los hijos de Morazán! Que no sigan reprimiendo a ese pueblo inocente.

Bueno, mientras estamos aquí está Manuel Zelaya, el presidente de Honduras, en la embajada de Brasil, que le ha dado refugio. La embajada está rodeada, según me dijo el mismo Presidente, por más de 200 soldados, desalojaron a plomo, ¡a plomo!, ¡de la manera más brutal!, ¡es la era de las cavernas que pretende volver! ¡No volverán! ¡Esos golpistas serán barridos por el viento de la historia nueva! ¡Tengan ustedes la seguridad! ¡No se impondrá el golpe de Estado ni las fuerzas retrógradas ni en Honduras ni en ningún otro país de esta América! ¡Ahí está un pueblo que tiene ya noventa días en las calles resistiendo!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Resistiendo y resistiendo. Bueno, allá está un presidente firme con un grupo de compatriotas, con su esposa, la primera dama; no les dejan pasar comida, les cortan el agua a cada rato, tienen una cisterna que alguien trajo. Esta madrugada consiguieron en una casa vecina, en el techo de una casa vecina, equipos de intercepción telefónica -me dijo el Presidente- de marca israelí, de última generación. Israel reconoció a ese Gobierno golpista, creo que es el único Gobierno en este mundo que lo ha reconocido.

Tienen equipos de perturbación dirigidos a la mente, tratando de causar pánico en las pocas personas que están dentro de la embajada de Brasil; amenazan con incursionar en la embajada de Brasil. ¿Se dan cuenta ustedes del carácter cavernícola...?, creo que es la era de Trucutrú, Gusigú. Es la era de las cavernas que quiere volver aquí. ¡No, no volverán, no volverán! Hay un pueblo en la calle reprimido. Bueno, los aeropuertos los cerraron; es un pueblo tomado. Ahora, ¿quiénes son los golpistas? Es la burguesía hondureña, el Estado golpista, el Estado tomado por la burguesía, por los ricos; cuatro o cinco familias muy ricas son los dueños del Estado. Habría que leer a Lenin de nuevo: El Estado y la Revolución, el Estado burgués. Controlan todo, todo: el Congreso Nacional, el Poder Judicial, las fuerzas militares, el Estado, y un pueblo en la calle masacrado.

Ayer me dijo el Presidente: "Hugo -al menos que él sepa- tres muertos más", ahí, en las inmediaciones de la embajada de Brasil, y el Presidente llamando al diálogo para retomar el camino de la democracia.

Desde aquí vaya nuestra más grande solidaridad al pueblo de Honduras y al presidente Zelaya, y pedimos que se cumpla la resolución de Naciones Unidas, la resolución de la Organización de Estados Americanos.

Ahora, el Gobierno de Estados Unidos -cosa rara- no ha reconocido que hubo un golpe de Estado militar. Esto me lo explicó hoy el presidente Zelaya: hay ahí una pugna entre el Departamento de Estado y el Pentágono.

Ayer venía leyendo un libro de Juan Bosch, ese insigne y gran dominicano derrocado por el imperio, aquel buen libro que se llama El Pentagonismo... Yo recomiendo ese libro. El Pentágono, ahí está la cueva imperial. El Pentágono no quiere a Obama, no lo quiere. No quiere cambios. Quieren dominar al mundo con sus bases militares, sus amenazas, sus bombas, sus soldados invasores. El Pentágono está detrás del golpe de Honduras.

Al presidente Zelaya lo sacaron de su casa, de su cama una madrugada, el 28 de junio. Lo montaron a un avión soldados hondureños comandados desde la base militar que Estados Unidos tiene en Palmerola. El avión despegó de Tegucigalpa y aterrizó en la base de Palmerola. Ahí tuvieron al Presidente un tiempo determinado y de ahí decidieron llevarlo a Costa Rica. Los militares norteamericanos que están en Honduras sabían del golpe y lo apoyan, y apoyan a los militares de Honduras. He ahí las contradicciones en Obama y más allá de Obama.

A veces uno dice: ¿será que hay dos Obama, el que habló aquí ayer y otro, un doble?, ¿el que apoya el golpe en Honduras o el que permite que sus militares apoyen el golpe de Honduras? Preguntas que dejo para reflexión. ¿Habrá dos Obama o habrá un Obama? Ojalá se imponga el que ayer vimos aquí y el que oímos aquí, ojalá; el mundo lo necesita, el mundo clama por eso.

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Bien, ahora ¿cuál es el fondo del golpe en Honduras?, tiene que ver con todo lo que estamos hablando aquí. Es la Revolución del Sur, es una revolución que ya no es la revolución aquella de las columnas guerrilleras, heroicas de la Sierra Maestra, heroicas de allá arriba, en la montaña alta de Bolivia donde andaba Ernesto Guevara, el Che. No, ya no es ese tipo de revolución. Esta Revolución es otra, ya no brota en las montañas con focos guerrilleros, no; brota de las ciudades, de las masas. Es una revolución de masas, pero es pacífica y quiere seguir siendo pacífica; es democrática, profundamente democrática.

No le tengan miedo a la democracia... y estoy parafraseando a Noam Chomsky en otro maravilloso trabajo que yo no conocía, conseguí ese libro en Madrid hace pocos días. Fui a visitar a mi amigo, el Rey de España, sobre todo porque viene una cumbre, ahora en Portugal, iberoamericana, y le dije: "Bueno, yo voy a ir si no me mandas a callar, porque..." [risas]. Él me dijo: "No, no, no te voy a mandar a callar...". "Bueno, entonces voy". Somos grandes amigos del rey don Juan Carlos. Después fui a una librería, La Casa del Libro, en Madrid, se las recomiendo; ahí conseguí el libro de Chomsky El miedo a la democracia. Leamos ese libro, El miedo a la democracia.

Las élites les tienen miedo a los pueblos, les tienen miedo a la verdadera democracia a la que Lincoln Abraham, ese otro mártir, definió muy clarito con tres conceptos, democracia: gobierno del pueblo, gobierno por el pueblo y gobierno para el pueblo.

No es el gobierno de la burguesía, el gobierno de la élite, y cuando surgen los pueblos entonces sueltan a los gorilas. Eso es lo que ha pasado en Honduras, y es lo que pasó en Venezuela en el 2002, y fue lo que pasó en Brasil con Joao Goulart, y lo que pasó en Dominicana. ¿Por qué no le permitieron durante el siglo XX al pueblo de América Latina y el Caribe construir su propio destino? No nos lo permitieron. Este siglo es el siglo nuestro. Este siglo en América Latina y el Caribe nosotros construiremos nuestro propio camino, ¡y nadie podrá evitarlo!, pero nadie podrá evitarlo.

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez El imperialismo, el imperialismo, el imperialismo. Tiene que acabarse el imperialismo. Uno se pregunta a veces... yo una vez le preguntaba a Lula qué sería de América hoy, la Latina, la nuestra, si Estados Unidos, los gobiernos de Estados Unidos no hubiesen metido sus garras en Nuestra América para imponer un modelo, cercenando a sangre y fuego la esperanza y la lucha de muchos pueblos, de millones, apagando las luces del amanecer.

Yo nacía en 1954, Fidel estaba preso ya, y en Guatemala estaban cayendo bombas. Invadieron Guatemala: Jacobo Árbenz Guzmán; y así... Bahía de Cochinos... sólo que allá se estrellaron, y ahí está Cuba revolucionaria, Cuba digna pero bloqueada... Obama: levanta el bloqueo a Cuba, ¿qué vas a esperar?, sé consecuente con lo que estás diciendo ¿o es que hay dos Obama?

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Obama dijo ayer -aquí lo tengo anotado-, Obama dijo ayer -aquí tengo anotado a Lula que habló antes que Obama, y después anoté lo de Obama-, que no se le puede imponer a ningún pueblo sistema político alguno, que hay que respetar a cada pueblo y su soberanía.

Bueno ¿y entonces, Obama, presidente?, ¿qué espera usted para ordenar al cese al bloqueo salvaje y asesino a Cuba? ¿Alguien duda de eso? ¿Alguien cree que es algo figurativo? ¡No! Hay una persecución contra las empresas de cualquier parte del mundo que le suministran hasta alimentos a Cuba y ahora también a Venezuela.

Hace poco Fidel Castro lo denunció en una de sus reflexiones: una empresa de reconocida presencia en el mundo que fabrica y suministra equipamiento médico, ha incumplido en este último año y en el anterior compromisos asumidos con los gobiernos de Cuba y de Venezuela, no envían los repuestos de centenares de equipos médicos que hemos adquirido los dos gobiernos para llevarle salud gratuita y de calidad a nuestros pueblos, estos son tomógrafos de 64 cortes, electrocardiógrafos que están ubicados ahora en los barrios pobres de Caracas, allá donde están los indios hay instalaciones médicas, allá tenemos 30 mil médicos cubanos. Sistema de salud para el pueblo, gratuito y de calidad. Bueno, la empresa... ¿cómo es que se llama la empresa? La Philips, la empresa Philips, ¿eh?, habíamos estado callados tratando de buscar soluciones, pero no, la empresa se ha negado a enviar los repuestos de los equipos, que son de alta tecnología. ¿Por qué? Presiones. ¿De quién? Del Gobierno de Estados Unidos... ¡Obama! ¿Eres tú o es another Obama? Obama one or Obama two? Who are you, Obama? Who are you? Yo quiero creer en el de ayer, el que vi aquí, pero esas cosas siguen pasando y esto afecta la vida de millones de seres humanos, ¿a nombre de qué? ¿A título de quién? ¿Quién? ¿Por qué Estados Unidos sigue haciendo esto? ¿Eh?

Bueno, es el miedo a la democracia, porque tal cual ocurrió en Honduras, es el miedo al ALBA, a la Alianza Bolivariana que surge como mecanismo de integración nuevo, novedoso, solidario y que hemos conformado la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, los gobiernos y países de Cuba, Nicaragua, Honduras, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y Granadinas. Nos atacan, pretenden detenernos... ¡pues no lo van a lograr!

El Mercosur, la Unasur, todo esto está naciendo y es parte de la revolución geográfica, geopolítica, histórica, la gran revolución latinoamericana.

Bien, en ese mismo orden, señor Presidente, están las siete bases militares que Estados Unidos va a instalar en Colombia. Obama dijo ayer, aquí lo tengo, Obama habló de cuatro pilares -ustedes lo recuerdan-, bueno, vamos a cumplir eso: yo le tomo la palabra, le tomamos la palabra al Presidente de los Estados Unidos: no proliferación nuclear, de acuerdo; comiencen ustedes destruyendo todas las armas nucleares que tienen, ¡destrúyanlas, pues!, ¡háganlo!

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez El segundo pilar de Obama es... el primero era no proliferación, el segundo: promover la paz. Bueno, presidente Obama, busquemos la paz en Colombia, en la querida y hermana Colombia, en Colombia hay una guerra civil, ¡ah!, ¿que algunos no quieran reconocerlo?, eso es otra cosa. Hay un conflicto histórico muy antiguo en Colombia, Naciones Unidas debe reconocerlo, mirarlo, y todos deberíamos tender las manos a Colombia para sacarlos, ayudarlos a salir -respetando por supuesto su soberanía-, pero ayudarlos a salir de la tragedia que vive ese pueblo hermano, la paz.

Yo recuerdo que se lo comenté delante de Lula a Obama, allá en Trinidad y Tobago, en la Cumbre de las Américas: busquemos la paz en Colombia, si se logró la paz en Centroamérica, se logró la paz en Guatemala. Yo, cuando era militar activo, estuve en Guatemala: era guerra lo que había, era guerra, miles y miles de muertos, desaparecidos. Y en El Salvador, Nicaragua. Y ahí está Daniel Ortega de nuevo en el Gobierno después de casi 20 años, lo ha traído de nuevo el pueblo sandinista.

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez Lo que es del cura va para la iglesia. Ahí está el Farabundo Martí y el pueblo de El Salvador: llevaron al presidente Funes a la presidencia de esa república hermana. Si se logró la paz -ahí está el presidente Arias, por aquí lo estoy viendo-, si se logró la paz en Centroamérica, ¿por qué -¡Dios mío!- no se podrá lograr la paz en Colombia? Es una de las cosas que yo más quiero y anhelo en mi vida, porque yo soy venezolano pero me siento colombiano, la Colombia de Bolívar, la Colombia de Miranda, nuestra Colombia.

Asistentes [aplausos].
Presidente Chávez ¡Ah!, y entonces el presidente Obama, ¿será que piensa buscar la paz, su segundo pilar, con siete bases militares más en Colombia? Esas siete bases militares son una amenaza no sólo para la paz posible en Colombia, sino para la paz en Suramérica; razón tenemos los gobiernos de América del Sur para haber expresado cada uno con su estilo y con su intensidad nuestra gran preocupación por la instalación de esas siete bases militares gringas en territorio colombiano; aquí lo denuncio y lo señalo, y le pido a Obama, al presidente Obama que reflexione y que imponga sus pilares, promovamos la paz.

Naciones Unidas pudiera designar una comisión de paz en Colombia, Venezuela está a la orden para cooperar, como estoy seguro todos los países que queremos paz, no queremos más guerra entre nosotros.
Bueno, voy a pasar esta página, y esta otra.

Fíjense, hay otro tema que Fidel toca en las reflexiones del 21 de septiembre, ¿ven? Y que tiene que ver con el cambio climático, yo voy a tomar dos minutos, Presidente, para insistir en este tema, hay gente que cree que no, que esta es una preocupación metafísica de unos intelectuales. No, no, no: estamos acabando el planeta, estamos acabando, como dice un buen periodista venezolano: "Esta nave espacial donde viajamos nosotros". Esta es como una nave espacial, y estamos acabándola.

Vean lo que dice Fidel aquí, voy a leer, permítame Presidente, Fidel dice, en la reflexión llamada Una especie en peligro de extinción, del pasado 21 de septiembre, dice, voy a leer aquí:

"En la conferencia internacional sobre el medio ambiente convocada por la Organización de Naciones Unidas en Río de Janeiro -eso fue en 1992, porque yo estaba preso, lo recuerdo clarito- afirmé como jefe entonces del Estado cubano lo siguiente: una especie está en peligro de extinción: el hombre. Cuando pronuncié y fundamenté aquellas palabras recibidas y aplaudidas por los jefes de Estado allí presentes, incluido el presidente de Estados Unidos, un Bush menos tenebroso que su hijo George W., éstos creían disponer todavía de varios siglos para enfrentar el problema. Yo mismo no lo veía en fecha tan cercana como 60 u 80 años. Hoy se trata de un peligro realmente inminente y sus efectos son ya visibles, la temperatura promedio ha crecido 0,8º centígrados desde 1980, -estos son datos científicos- según el Instituto de Estudios Espaciales de la NASA".

¡0,8º en los últimos 30 años!
Sigo leyendo a Fidel:

"Las últimas dos décadas del siglo XX fueron las más calurosas en cientos de años, las temperatura de Alaska, el oeste canadiense y el este de Rusia han subido a un ritmo que duplica al promedio mundial, el hielo del Ártico está desapareciendo rápidamente y la región puede experimentar su primer verano completamente libre de hielo tan pronto como en el año 2040. Los efectos son visibles en las masas de hielo de más de dos kilómetros de altura que se derriten en Groenlandia, los glaciares de Suramérica, desde Ecuador hasta el Cabo de Hornos, fuentes fundamentales de agua y la gigantesca capa de hielo que cubre la extensa zona Antártida.

Las actuales concentraciones de dióxido de carbono han alcanzado el equivalente a 380 partes por millón, cifra que supera el rango natural de los últimos 650 mil años".

Estamos acabando el planeta, démonos cuenta, tomemos conciencia y actuemos, como ayer reclamaba el presidente Lula.

Lula decía: "Para el cambio climático no hay voluntad, los países más desarrollados no quieren tomar decisiones".

Obama dijo que sí, que ahora sí Estados Unidos va a tomar decisiones. Hazlo, Presidente, hazlo pero pasa de las palabras a los hechos, salvemos al planeta, salvemos la especie humana.

Ojalá de la cumbre próxima que hay en Dinamarca, en diciembre, salgan decisiones pero verdaderamente contundentes.
Venezuela está a la orden para sumarse a esas decisiones, y hace un llamado, hacemos un llamado desde Venezuela para tomar decisiones, cada quien proporcionalmente a sus responsabilidades.
Ahora, ¿cuál es la causa fundamental de la contaminación? El hiperconsumo, el hiperconsumo.

Estamos consumiendo las reservas de petróleo y de gas, de hidrocarburos que se acumularon durante miles de años, las estamos consumiendo en un siglo, en menos de un siglo.
Pues bien, y esto tiene que ver con la economía, no voy a leer esto, Presidente, no.

Sólo voy a referirme a él, el informe Stiglitz, yo invito a que se analice, invito a que se analice. Ayer oíamos al Presidente de Francia. Gracias a él existe este informe y esta comisión. Pero fíjense nada más que esto, nada más que esto: el informe tiene 12 recomendaciones de la Comisión Stiglitz, evaluémoslas porque creo que apuntan hacia el fondo, aún cuando no cuestionan el modelo capitalista, nosotros los socialistas lo cuestionamos; pero bien, discutamos, busquemos soluciones de consenso para la coyuntura y luego para el mediano y largo plazo.
Aquí dice el informe por ejemplo, en sus recomendaciones:

"1.- Referirse a los ingresos y al consumo para evaluar el bienestar material.
2.- Privilegiar el punto de vista de las familias.
3.- Tomar en cuenta el patrimonio.
4.- Otorgar una mayor importancia a la distribución del ingreso, más allá de los promedios.
5.- Ampliar los indicadores a las actividades no comerciales. Aquí dice, por ejemplo: "...ciertos servicios tales como cuidado de los niños, el aseo del hogar, trabajos de albañilería, plomería y carpintería, etc., sólo figuran en las cuentas nacionales si son efectuadas por un asalariado".

Ustedes saben que se refiere a la manera de contabilizar el producto interno bruto, que son mecanismos meramente capitalistas. Por aquí dice el informe lo siguiente, y es cierto: "El producto interno bruto sube con el tráfico, pues mientras la angustia de la población sube, mientras la infelicidad de los transeúntes y los mismos pasajeros en el tráfico sube, mientras se pierde tiempo valioso en el tráfico, el PIB sube". ¿Por qué sube?, porque se consume más gasolina, y además sube también la contaminación. Vean ustedes cómo el mundo capitalista diseñó mecanismos de medición de la economía que son destructivos, por eso el informe Stiglitz creo que aporta importantes reflexiones.
Aquí dice el punto 12: "Establecer una batería de indicadores vinculados al medio ambiente, al cambio climático...", hablando de la economía, pues, hablando de la economía.

Este informe aparece en buena hora. Tomémoslo y sobre todo los gobiernos, y sobre todo los gobiernos de los países más desarrollados... creo que hoy están en Pittsburgh reunidos. No los Piratas de Pittsburgh, sino... ojalá que no sean. No, no son los piratas, son los presidentes de los países del Grupo de los 20 discutiendo. Mañana le preguntaré a Lula y a Cristina cómo quedó la reunión, porque ellos van por Caracas mañana, por Margarita a la Cumbre de África con América del Sur.

La economía, la economía, la economía. Nosotros decimos socialismo, pero discutamos, discutamos los indicadores, discutamos los modos, discutamos las maneras de producción. Como decía ayer el presidente Obama en su cuarto pilar: "Necesitamos una economía al servicio del ser humano". Bueno, Obama, eso se llama socialismo. Obama: vente para el socialismo, te invitamos al "eje del mal", Obama, vente para "el eje del mal", y vamos a construir una economía de verdad al servicio del ser humano. Eso no es en el capitalismo. En el capitalismo es imposible. El capitalismo beneficia a una minoría y excluye a la mayoría, y además destroza el ambiente, destroza la vida. Ese es el capitalismo.
Buen bien, finalmente, Presidente... yo creo que llegué a diez minutos ya...

Asistentes [risas].
Presidente Chávez Lula, Lula, finalmente, voy a terminar con Lula, con una frase de Lula ayer, el primer orador de esta Asamblea General: "No hay voluntad política", dijo Lula, ya lo comenté. Yo agregaría..., porque conozco a Lula y exactamente sé lo que él nos dijo: está llamando a todos a que incrementemos la voluntad política. Nosotros, a diferencia de otros espacios de gobierno que dudan, que no quieren cambios a pesar de la crisis terrible que vivimos, nosotros en el sur de América tenemos una gran voluntad política -hablo por Venezuela y sé que también por Suramérica, por América Latina-, una grandísima voluntad política para el cambio verdadero.

Recomiendo este libro de Istvan Meszaros, un gran filósofo y pensador húngaro, profesor en Londres desde hace mucho años en varias universidades, Más allá del capital. Hacia una teoría de la transición.

Creo que es uno de los más grandes escritos del siglo XX, una renovación de la teoría socialista. Por aquí dice Meszaros en una de sus interesantes páginas esta frase que es tomada de ese otro grande que se llamó Karl Marx... no le tengamos miedo a Karl Marx, ese fue Einstein de la política. Lo satanizaron. ¿Cuánta razón en cuántas cosas tiene Karl Marx? Tomando a Marx dice Meszaros en este libro lo siguiente: "Las crisis son entonces la conminación general que apunta más allá de la presuposición y el apremio que conduce hacia la adopción de una forma histórica nueva". Necesitamos eso: una forma histórica nueva. Hace años se está hablando de un nuevo orden, y lo que tenemos es el viejo orden moribundo.

Necesitamos que nazca el nuevo orden, la forma histórica nueva, una forma política nueva, una forma mundial nueva. Ayer Gaddafi lo dijo aquí, una nueva institucionalidad, una nueva economía, una nueva sociedad; pero verdaderamente nueva, un mundo nuevo, pues.
Ahora yo creo que dijo Lula también ayer, y terminó a las 10 y 10 de la mañana: "Tenemos que ser los parteros de la historia".

De acuerdo, y yo agregaría al compañero Lula: el parto ya comenzó. No es un parto futuro, el parto está presente. Seamos como dijo el compañero Lula, parteros y parteras de la nueva historia. Por encima de los sepultureros, pujemos en este planeta para que nazca esa nueva historia, ese tiempo nuevo, ese mundo pluripolar libre y nuevo, esa economía al servicio de los humanos y no de las minorías, ese mundo de paz, pues.

Yo, cristiano al fin, lo dijo Cristo un día, cuando dijo: "Mi reino no es de este mundo", será del mundo futuro, el reino del amor entre nosotros donde realmente vivamos como hermanos y como hermanas.
Fíjense que el domingo pasado hubo en La Habana (y voy a guardar los libritos. Los guardé y voy a terminar), en La Habana, en la Plaza de la Revolución hubo un gran concierto, el Concierto por la Paz, y ahí fueron desde Miguel Bosé, Juanes, Olga Tañón, cantores cubanos, y estaba allí Silvio Rodríguez, el gran Silvio. Le cantaron al mundo.

Algunos se volvieron locos aquí, en Miami, y salieron a destrozar los discos de Juanes, ese gran colombiano, sólo por el hecho de que fue a cantar a la Plaza de la Revolución. Hasta dónde llega la locura de algunos... Afortunadamente esa es una minoría. Bueno, ahí Silvio con su guitarra lo cantó seguramente, "La era está pariendo un corazón". Y en su canción "Cita con Ángeles" él termina diciendo así: "Tun tun tun tun, tun, seamos un tilín mejores y un poco menos egoístas".

Las Líneas de Chávez Domingo 27 de septiembre de 2009 ¡Somos África....Somos Suramérica!


¡Somos África....Somos Suramérica!
E sta semana ha sido de una trascendencia indudable en cuanto a la batalla de las ideas que, día a día, Venezuela viene librando en el campo internacional junto a los pueblos del Sur. Y batalla de las ideas fue, en realidad y en verdad, la que tuvo como escenario la 64ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York.

Quiero destacar, en primer término, que en Nueva York no hubo la menor duda a la hora de condenar al régimen dictatorial hondureño. El mundo en pleno, salvo el sombrío estado de Israel, exige el retorno a su puesto del heroico presidente Zelaya --quien, con decisión y coraje, ha vuelto a su Patria-- y el restablecimiento de la democracia en esa hermana nación, gloriosa en su empeño y en su indeclinable resistencia popular.

Ahora bien, la condena verbal ya no basta. Honduras está en una hora aciaga: nos queda a nosotros demostrar con entereza si somos hermanos o no de este bravo pueblo centroamericano. Dilatarnos es darle licencia a la muerte.

A la hora del balance, tres intervenciones me parecieron tan memorables como medulares en esta Asamblea: me refiero a las de Muammar Gaddafi, Luiz Inácio Lula da Silva y Evo Morales.

Gaddafi puso los puntos sobre las íes sobre la necesidad impostergable de refundar a la ONU: suscribo, punto por punto, todas sus consideraciones sobre la organización y funcionamiento del Consejo de Seguridad y, también, sobre el rol protagónico que debe tener la Asamblea General.

Lula hizo énfasis en la refundación del orden económico mundial sobre bases nuevas.

Coincidimos plenamente con él en que el mundo no puede seguir rigiéndose por las mismas normas y los mismos valores dictados tras la Segunda Guerra Mundial.

Por la voz de Evo habló nuevamente la sabiduría de los pueblos originarios: lúcida y conmovedora fue su defensa de los derechos de la madre Tierra en relación con la gravísima amenaza del cambio climático. Y, con toda razón, propuso que los países desarrollados deben reconocer la deuda que tienen con el planeta.

Venezuela fue a Naciones Unidas a recordarle al mundo que si aspira a cambiar, como se evidenció en el ánimo que inundó esta Asamblea en distintas voces, debe contar con los pueblos de Nuestra América y el Caribe.

Quiero retomar lo que fue el centro de mi intervención el jueves 24 de septiembre: hay una revolución en Suramérica, en Nuestra América, en el Caribe, y es necesario que el mundo lo vea, lo asuma y lo acepte porque es una realidad irreversible. Además, es una revolución que trasciende lo ideológico: es geográfica, geopolítica; es una revolución de los tiempos, una revolución moral; es una revolución necesaria.

Es grande esta revolución necesaria y va a seguir creciendo a medida que pase el tiempo. Es grande por el tiempo que carga por dentro: es grande por el espacio que abarca.

No quiero concluir estas reflexiones sobre la 64ª Asamblea General de la ONU, sin hacer referencia a la intervención del presidente Obama. Reconociendo ciertos y alarmantes vacíos e inconsistencias en su discurso --ni una sola mención a Honduras por ejemplo-su lenguaje es muy diferente al de Bush. Ahora bien, la diferencia en materia verbal que ha marcado con respecto a su antecesor, debe traducirse en una praxis consecuente. Pero primero tendría que resolver la dualidad que hasta el día de hoy caracteriza su desempeño.

Si Obama está dispuesto a acompañarnos en la creación de un nuevo orden mundial signado por el entendimiento, la sensatez y el respeto, bienvenido sea: si se deja presionar por el Pentágono --ese Estado dentro del Estado-- y se resigna a seguir el mismo guión imperialista de siempre, entonces pasará a la historia como aquél que tuvo la oportunidad de dar una sólida contribución a la causa de la humanidad y prefirió echarse a un lado por temor a enfrentar, con el resto de las naciones, el reto de construir un mundo sin hegemonía imperial, esto es, en igualdad de condiciones y en paz.

Los historiadores del siglo XIX se encargaron de falsificarnos al continente africano poblándolo de falsas concepciones que son las que han reiterado los medios de comunicación. Nos vendieron perversas ideas, como que la historia llega a esos pueblos a raíz de la presencia europea; que son, por condiciones raciales, inferiores, violentos, ignorantes; que son holgazanes porque no han sabido aprovechar sus recursos; que no han podido darse estados modernos porque han preferido ser dependientes y atrasados. Esta distorsión de la realidad, hay que decirlo, ha tenido el propósito de perpetuar el discurso y la praxis de la más brutal dominación: ayer por los colonizadores, hoy por el capital transnacional.

Desconocen la fuerza y el rico legado cultural africanos porque aún sobrevive, en los fabricantes de mentiras, la ambición y el atropello de nuevas formas de coloniaje.

No puedo dejar de recordar lo dicho por el presidente mártir del Congo, Patricio Lumumba, el 30 de junio de 1960 al proclamarse la Independencia de su Patria: "De esta lucha que fue de lágrimas, de fuego y de sangre, estamos orgullosos en lo más profundo de nuestro ser, ya que fue una lucha noble y justa, una lucha indispensable para terminar con la humillación y la esclavitud que se nos impuso por la fuerza. Este fue nuestro destino durante 80 años de régimen colonialista; nuestras heridas son aún demasiado frescas para poderlas separar de nuestra memoria".

Parafraseando a Lumumba, queremos agregar: todavía son demasiado frescas las heridas en el año 2009. La memoria de África es una inmensa herida.

Es muy fácil afirmar que el futuro de África depende de los africanos y luego pedirles que se olviden del colonialismo y del imperialismo: la Madre África no puede olvidar, al igual que no puede hacerlo Nuestra América. Nadie puede ser dueño de su destino, si olvida.

Por todo ello, Suramérica hoy se levanta, abre sus brazos y estrecha lazos con los pueblos africanos, porque entiende que, de uno y otro lado del Atlántico, la sangre, la historia y la esperanza son las mismas.

Ese ha sido el espíritu que ha reinado en Margarita durante la II Cumbre América del SurÁfrica: el espíritu que nos alienta a buscar la unión política, social y económica con África toda, teniendo como horizonte el nuevo orden mundial multipolar que estamos forzados a labrar si queremos mañana entonar el himno común de la verdadera justicia y la auténtica fraternidad en el planeta.

África y Suramérica son esenciales en la fundación de un nuevo equilibrio universal, y eso pasa por fundir nuestras voluntades y trazarnos metas comunes y viables. Un nuevo mapa estratégico común y compartido ha nacido a partir de esta Cumbre.

Lo digo con un antiguo proverbio de Senegal: "El que quiere miel tiene el coraje de afrontar las abejas. Queremos la dulce miel para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Coraje es lo que nos sobra: juntos avanzaremos a pesar de las abejas".

Desde Margarita ¡Venceremos!